En Angola se registran 167 muertes de niños menores de cinco años por cada mil nacidos.
El país africano presenta la tasa de mortalidad de menores de cinco años más elevada del mundo. Esto quiere decir que uno de seis niños mueren antes de esta edad.
Parte de esta tragedia se debe a las desigualdades existentes en el país africano. Mientras la economía local crece anualmente a más de un 7% por los ingresos del petróleo, el 38% de los habitantes de Angola aún viven en la pobreza. Esto afecta directamente al sistema sanitario del país.